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18/2/15

DÍA 15: EL AMOR ES HONORABLE

sevenbro
Y vosotros, maridos, igualmente, convivid de manera comprensiva
con vuestras mujeres [...] dándole honor como a coheredera de la
gracia de la vida. (1 Pedro 3:7)

En nuestro idioma, hay ciertas palabras que tienen un significado
poderoso. Cuando se usan, las asociamos al respeto. Estas palabras
nunca pierden su carácter eterno, su clase ni su dignidad. Hoy, nos
concentraremos en una de ellas. Es la palabra honor.
Honrar a alguien significa respetarlo y tenerlo en alta estima,
tratarlo como a una persona especial y de gran valor. Cuando le
hablas, tus palabras son puras y comprensibles; eres cortés y
educado. Cuando esa persona te habla, tomas en serio lo que dice,
dándole peso y relevancia a sus palabras. Cuando te pide que hagas
algo, te adaptas como puedes, por el solo respeto que le tienes.
La Biblia nos dice que "honremos" a nuestro padre y a nuestra
madre, y a las autoridades. Es un llamado a reconocer la posición o
el valor de otra persona. El honor es una palabra noble.
En especial, esto es cieno en el matrimonio. Honrar a tu pareja
significa prestarle toda tu atención, en lugar de hablarle desde
atrás de un periódico o con un ojo en la televisión. Cuando se
toman decisiones que afecten a ambos o a toda la familia, le das la
misma importancia en tu mente a la opinión de tu cónyuge.
Honras lo que tiene para decir. Significa mucho para ti, y debería
saberlo por la manera en que lo tratas.
Sin embargo, hay otra palabra que nos llama a alcanzar un
propósito más alto, una palabra que a menudo no identificamos
con el matrimonio, aunque no se puede subestimar su relevancia.
Es una palabra que constituye el fundamento del honor: la razón
misma por la cual respetamos y tenemos en alta estima a nuestro
cónyuge. Esa palabra es santo.
Decir que tu cónyuge debería ser "santo" para ti, no significa que
sea perfecto. La santidad significa que está apartado para un
propósito supremo: ya no común ni cotidiano sino especial y único.
Nadie puede competir en tu corazón con una persona que para ti
es santa. Es sagrada, alguien a quien honrar, alabar y defender.
La novia trata de esta manera su vestido. Luego de usarlo en su día
especial, lo cubre y lo protege, y luego lo separa de todo lo demás
en su armario. No la verás usándolo cuando trabaja en el jardín o
sale de paseo. Su vestido de novia tiene un valor propio. De esta
manera, es santo y sagrado para ella.
Cuando dos personas se casan, cada cónyuge pasa a ser "santo"
para el otro, mediante la santidad inherente al matrimonio. Esto
significa que ninguna otra persona en el mundo debe disfrutar de
este nivel de compromiso y expresión de afecto de tu parte. La
relación entre ustedes no se compara a ninguna otra. Compartes la
intimidad física sólo con ella, sólo con él. Estableces un hogar con
esta persona. Tienes hijos con ella. Tu corazón, tus posesiones, tu
vida misma deben estar absortos en este lazo singular que
compartes sólo con esta persona.
¿Las cosas son así en tu matrimonio? ¿Tu cónyuge diría que lo
honras y lo respetas? ¿Lo consideras apartado y de gran valor para
ti? ¿Crees que es santo?
Quizá, no lo sientas, y tal vez sea por una buena razón. Tal vez
quisieras que algún desconocido pudiera ver cuánta falta de
respeto recibes de parte de tu esposo o esposa (alguien que hiciera
que tu cónyuge se sintiera avergonzado al salir a la luz quién es en
realidad a puertas cerradas).
Sin embargo, con el amor las cosas son distintas. El amor honra
aún cuando lo rechazan; trata a su amado como alguien especial y
sagrado aún cuando lo único que recibe a cambio es una actitud
desagradecida.
Por supuesto, es maravilloso cuando los dos esposos están unidos
en este propósito, cuando siguen el mandamiento bíblico de ser
"afectuosos unos con otros" en amor y se dan preferencia el uno al
otro (Romanos 12:10). "Tengan todos en alta estima el matrimonio y
la fidelidad conyugal" (Hebreos 13:4 NVI).
No obstante, cuando tus intentos de honra no son correspondidos,
debes honrar igualmente. El amor se atreve a hacerlo; a decir:
"Valoraré nuestra relación por sobre todas las demás. El mayor
sacrificio que esté dispuesto a hacer, lo haré por ti. Con todos tus
fracasos, tus pecados, tus errores y tus defectos (pasados y
presentes) igual decido amarte y honrarte". Así se crea una
atmósfera para reavivar el amor. Así guías tu corazón a volver a
amar de verdad a tu cónyuge. Y eso es lo bueno del honor.


El desafío de hoy

Elige una manera de demostrarle honor y respeto a tu
cónyuge que sea diferente de lo habitual. Quizá sea abrirle la
puerta a tu esposa. Tal vez sea guardarle la ropa a tu esposo.
Quizá sea la forma en la que escuches y hables cuando se
comuniquen. Muéstrale a tu cónyuge que lo tienes en alta
estima.

__Haz una marca aquí cuando hayas completado el desafío de hoy.

¿Cómo elegiste demostrar honor? ¿Cuál fue el resultado? ¿De qué
otras maneras podrías demostrar honor durante los próximos días?
Los honraré y no serán menospreciados. (Jeremías 30:19)


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sevenbro / Author & Editor

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