El hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y
serán una sola carne. (Génesis 2:24)
Este versículo es el proyecto original de Dios para el
funcionamiento correcto del matrimonio. Supone una separación y
un tejido de unión. Reconfigura las relaciones existentes mientras
establece una completamente nueva. El matrimonio cambia todo.
Por eso, las parejas que no toman en serio este mensaje de
"partida" y "apego" cosecharán las consecuencias más adelante,
cuando les sea mucho más difícil reparar los problemas sin herir a
alguien.
"Partir" significa que rompes un vínculo natural. Tus padres pasan
a cumplir la función de consejeros a quienes hay que respetar, pero
ya no pueden decirte qué hacer. A veces, la dificultad para ponerlo
en práctica viene de la fuente original. Quizá, un padre no esté
preparado para soltarte de su control y sus expectativas. Ya sea con
una dependencia poco saludable o con luchas interiores por el nido
vacío, los padres no siempre asumen su parte de la responsabilidad.
En estos casos, el hijo adulto debe tomar la valiente decisión de
"partir" por su cuenta. Y demasiadas veces, esta separación no se
hace bien.
¿Tienes problemas sin resolver con tu cónyuge por no cortar el
cordón? ¿Alguno de sus padres sigue creando problemas en tu
hogar, quizá sin siquiera saberlo? ¿Qué debe suceder para frenar
esto antes de que cree una división demasiado grande en tu
matrimonio?
La unidad es una característica del matrimonio que debe
protegerse a toda costa. Por supuesto el propósito de la "partida"
no es abandonar todo contacto con el pasado, sino preservar la
unidad única para la cual está diseñado el matrimonio. Solo en
unidad puedes transformarte en todo lo que Dios quiere que seas.
Si estás demasiado unido a tus padres, la identidad singular de tu
matrimonio no podrá florecer. Siempre permanecerás frenado y
una raíz de división brotará continuamente en tu relación. Esto no
se acabará a menos que hagas algo al respecto; porque sin la
"partida" no puedes lograr el "apego" que necesitas, la unión de los
corazones, imprescindible para experimentar la unidad.
"Apego" lleva la idea de buscar y atrapar a alguien, y aferrarse a esa
persona como tu nueva roca de refugio y seguridad. Este hombre es
ahora el líder espiritual de tu nuevo hogar, y tiene la
responsabilidad de amarte "así como Cristo amó a la iglesia y se dio
a sí mismo por ella" (Efesios 5'25)-Esta mujer está ahora unida a ti,
llamada a respetar a su marido (Efesios 5:33).
Como resultado de este proceso esencial, ahora son libres para
transformarse en lo que Dios quiso cuando los declaró "una sola
carne".
* Pueden lograr la unidad en sus decisiones, aún cuando
comiencen con puntos de vista opuestos.
* Pueden lograr la unidad en sus prioridades, aunque vengan de
trasfondos que no podrían ser más distintos.
* Pueden lograr la unidad en el afecto sexual mutuo, aunque uno
de ustedes o los dos tengan recuerdos de impureza de su pasado
prematrimonial.
La decisión de Dios de transformarlos en "una sola carne" en el
matrimonio puede lograr que todo sea posible. Si las cosas no
funcionan así en tu matrimonio en este omento, por desgracia, te
encuentras dentro de la mayoría. Es común que las parejas de toda
clase (incluso las cristianas) ignoren el diseño de Dios para el
matrimonio, pensando que saben más que Él. Génesis 2:24 quizá
haya parecido agradable y noble cuando dijeron sus votos en la
boda. Sin embargo, como un principio fundamental para poner en
práctica y vivir de acuerdo a él... parece demasiado difícil. A pesar
de esto, debes hacer cualquier sacrificio para reclamar justamente
esto.
Es difícil (sumamente difícil) cuando la búsqueda de la unidad es
principalmente unilateral. Quizá, a tu cónyuge no le interese para
nada recapturar la unidad que tenían al principio.
Aunque sí haya algún deseo de su parte, tal vez todavía existan
problemas entre ustedes que ni se acercan a una resolución.
No obstante, si mantienes una pasión por la unidad presente en tu
mente y tu corazón, con el tiempo, la relación comenzará a reflejar
el diseño ineludible de "una sola carne" que está impreso en su
ADN. No es necesario que lo busques. Ya está allí, pero debes
ponerlo en práctica, o no podrás esperar otra cosa que la desunión.
Parte. Apégate. Y atrévete a caminar en unidad.
El desafío de hoy
¿Todavía hay alguna área en la que no hayas sido lo
suficientemente valiente como para "partir"? Confiésala a tu
cónyuge hoy mismo y decide solucionarla. La unidad de tu
matrimonio depende de eso. Luego, comprométete con tu
cónyuge y con Dios a transformar tu matrimonio en la
prioridad sobre toda otra relación humana.
__Haz una marca aquí cuando hayas completado el desafío de hoy.
¿Te ha resultado difícil lidiar con esta situación? ¿Cómo ha
afectado tu relación? Si el peor infractor en esta área es tu cónyuge
(con tus suegros), ¿cómo puedes lograr con amor una situación
mejor?
Que todos sean uno. Como tú, oh Padre, estás en mí y yo en ti. (Juan
17:21)